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José Manuel González García

José Manuel González García

(Abadengo de Torío, León, 1958): Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo (con Premio Extraordinario) y en Filología Española. Actualmente jubilado, ejerció como profesor en centros educativos leonesas, en París, en Barcelona y en Asturias. Sus investigaciones históricas se han centradas en la ámbito local (del Valle del Torío preferentemente). Con su estudio sobre las Cartas Ejecutorias del Archivo de la Junta Vecinal de Villanueva del Árbol obtuvo el Premio Libro Leonés 2008, en la modalidad de Libro de Investigación, otorgado por el Instituto Leonés de Cultura. Libros: 2008: Las Cartas ejecutorias del archivo de la Junta vecinal de Villanueva del Árbol (León). Conflictos entre concejos del Bajo Torío durante la Edad Moderna. 1993: El municipio de Vegacervera: arqueología e historia (publicado con Julia Miranda Pérez-Seoane) 2020: Simón Fernández, promotor de la Casa Botines: sus orígenes familiares en Otero de las Dueñas (León) (publicado con Esther Diez González) Artículos: En la revista Tierras de León: 1987: Límites medievales del concejo de Fenar. Estudio histórico-lingüístico 1989: El Valle de Orzonaga: carta arqueológica y estudio histórico 1989: El Valle del Fenar: contribución al estudio de su poblamiento antiguo y medieval 1992: El Valle de Villalfeide y Correcillas: carta arqueológica y estudio histórico 1995: Arte románico en el municipio de Matallana 1997: Mesmino y Peña Morquera: dos castillos del Alto Curueño (Publicados todos con Julia Miranda Pérez-Seoane. El de 1987 también con Teresa Llamazares Prieto) En la revista Carlanca: 1999: Noticias sobre mastines en el siglo XVIII. El “reparto de perros” 2001: Los mastines en las aldeas leonesas en la Edad Moderna (siglos XVI-XVIII)

 

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LOS PUEBLOS DEL BAJO TORÍO (LEÓN) EN EL SIGLO XVIII

ISBN: 978-84-126398-5-8. Depósito Legal: LE-50-2024. tamaño: 170 x 240 mm. Páginas: 600. Impresión: cuatricromía. Encuadernación: tapa dura.// ¿Cómo era el Bajo Torío, el territorio que abarcan los actuales municipios de Garrafe de Torío y Villaquilambre, en el siglo XVIII? Es la pregunta a la que pretende responder este libro, a partir principalmente de cuatro fuentes documentales muy importantes de aquel momento histórico: las Respuestas Generales al Real Interrogatorio del Catastro de Ensenada, conservadas en el Archivo General de Simancas, y los Censos de Campoflorido, Aranda y Floridablanca, cuyas fichas originales se conservan en la Biblioteca Nacional (Censo de Campoflorido) y en la Real Academia de la Historia (Censos de Aranda y Floridablanca). Las Respuestas Generales describen de una manera bastante minuciosa a los pueblos del Bajo Torío en un momento muy concreto: entre la segunda mitad del año 1751 y los cuatro primeros meses de 1752. Es una especie de instantánea la que nos aportan, que por abarcar a todos los pueblos y por la variedad de datos que quedaron recogidos, es de un valor excepcional. El Censo de Campoflorido tiene un valor más limitado, pues los datos, correspondientes al año 1712, son solo de la población de cada localidad, con la distinción entre hidalgos y plebeyos. El Censo de Aranda de 1769 es mucho más preciso, ya que incluye datos sobre la edad, el sexo y el estado civil de la población. Es propiamente el primer censo demográfico de nuestra historia, muy avanzado y moderno en sus planteamientos. Lo mismo cabe decir del Censo de Floridablanca, que fue publicado en 1787 para dar continuidad al de Aranda, con datos más precisos y específicos para cada localidad. ¿Por qué los municipios de Garrafe y Villaquilambre? Porque el territorio de ambos municipios, que ocupa la cuenca baja y final del río Torío (el Bajo Torío), desde el medievo constituyó una comarca con personalidad histórica propia y común, muy ligada a la de la ciudad de León. En la plena Edad Media formó parte del alfoz de esta ciudad, y como territorio realengo constituyó el Infantado de Torío, que disfrutaban las infantas, hijas de los monarcas leoneses (de ahí su denominación de infantado). En la Baja Edad media sufrió un proceso de señorialización que fragmentó el antiguo alfoz e infantado en cuatro señoríos: el Valle de Torío, el Infantado de Torío, el Abadengo de Torío y Villaquilambre, de tal forma que el territorio realengo quedó reducido a solo la Hermandad de las Regueras, formada por los pueblos más inmediatos a la ciudad de León. Las reformas liberales del siglo XIX pusieron fin a estas jurisdicciones concejiles, sustituidas por ayuntamientos constitucionales. Los dos creados a partir de 1835, los actuales municipios de Garrafe de Torío y Villaquilambre, se repartieron los pueblos de las antiguas jurisdicciones, muchos de los cuales conservan todavía en sus nombres su antigua pertenencia a las jurisdicciones de Torío o de las Regueras.
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LOS PUEBLOS DEL BAJO TORÍO (LEÓN) EN EL SIGLO XVIII. Municipios de Garrafe de Torío y Villaquilambre

ISBN: 978-84-126398-5-8. Depósito Legal: LE-50-2024. tamaño: 170 x 240 mm. Páginas: 600. Impresión: cuatricromía. Encuadernación: tapa dura.// ¿Cómo era el Bajo Torío, el territorio que abarcan los actuales municipios de Garrafe de Torío y Villaquilambre, en el siglo XVIII? Es la pregunta a la que pretende responder este libro, a partir principalmente de cuatro fuentes documentales muy importantes de aquel momento histórico: las Respuestas Generales al Real Interrogatorio del Catastro de Ensenada, conservadas en el Archivo General de Simancas, y los Censos de Campoflorido, Aranda y Floridablanca, cuyas fichas originales se conservan en la Biblioteca Nacional (Censo de Campoflorido) y en la Real Academia de la Historia (Censos de Aranda y Floridablanca). Las Respuestas Generales describen de una manera bastante minuciosa a los pueblos del Bajo Torío en un momento muy concreto: entre la segunda mitad del año 1751 y los cuatro primeros meses de 1752. Es una especie de instantánea la que nos aportan, que por abarcar a todos los pueblos y por la variedad de datos que quedaron recogidos, es de un valor excepcional. El Censo de Campoflorido tiene un valor más limitado, pues los datos, correspondientes al año 1712, son solo de la población de cada localidad, con la distinción entre hidalgos y plebeyos. El Censo de Aranda de 1769 es mucho más preciso, ya que incluye datos sobre la edad, el sexo y el estado civil de la población. Es propiamente el primer censo demográfico de nuestra historia, muy avanzado y moderno en sus planteamientos. Lo mismo cabe decir del Censo de Floridablanca, que fue publicado en 1787 para dar continuidad al de Aranda, con datos más precisos y específicos para cada localidad. ¿Por qué los municipios de Garrafe y Villaquilambre? Porque el territorio de ambos municipios, que ocupa la cuenca baja y final del río Torío (el Bajo Torío), desde el medievo constituyó una comarca con personalidad histórica propia y común, muy ligada a la de la ciudad de León. En la plena Edad Media formó parte del alfoz de esta ciudad, y como territorio realengo constituyó el Infantado de Torío, que disfrutaban las infantas, hijas de los monarcas leoneses (de ahí su denominación de infantado). En la Baja Edad media sufrió un proceso de señorialización que fragmentó el antiguo alfoz e infantado en cuatro señoríos: el Valle de Torío, el Infantado de Torío, el Abadengo de Torío y Villaquilambre, de tal forma que el territorio realengo quedó reducido a solo la Hermandad de las Regueras, formada por los pueblos más inmediatos a la ciudad de León. Las reformas liberales del siglo XIX pusieron fin a estas jurisdicciones concejiles, sustituidas por ayuntamientos constitucionales. Los dos creados a partir de 1835, los actuales municipios de Garrafe de Torío y Villaquilambre, se repartieron los pueblos de las antiguas jurisdicciones, muchos de los cuales conservan todavía en sus nombres su antigua pertenencia a las jurisdicciones de Torío o de las Regueras.
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