ISBN: 978-84-128644-6-5. Depósito Legal: LE-259-2024. Tamaño: 170 x240 mm. Páginas: 240. Impresión: monocroma. Encuadernación: rústica con solapas. // Vicente Vidal Vidal, como leonés y natural de Jiménez de Jamuz, escribe sobre esta tierra con la que se siente verdaderamente identificado, y de la que ha procurado seguir muchos de sus avatares. Aunque éstos a veces pudieran ser catalogados como sencillos, los viene conservando en la memoria, y también en algunos apuntes, que, bien archivados, ahora puede manejar.
Pues bien, estos pequeños datos, no exentos de curiosidad, expuestos con sencillez narrativa, hacen referencia a lugares y de modo especial a personas, a veces con claro entronque familiar, que para los convecinos pueden adquirir el grado de interesante recuerdo, y en general como curiosidad de sencillez vivencial, cual retrato de otros momentos.
Apuntes, como él los cataloga con el máximo respeto, para dar título a este sencillo, pero valioso opúsculo, libro si se prefiere como mejor expresión, plasmando en sus páginas, a veces escenas o sucesos de aparente poca importancia, maseran la verdad vivida y ¡demasiadas veces sufrida! Pero todo, siempre después de haber paseado la memoria, con celo cariñoso, por las ensortijadas vicisitudes de la tierra que le vio nacer.
Aunque pudiera no ser necesario hacer notar alguna justificación del porqué de la recopilación veraz de recuerdos, momentos vividos y conversaciones con motivados vecinos, sí lo hace, así como interesada búsqueda en los archivos pertinentes, en pos de la ratificación de los sucesos y noticias. Dicho de otra manera, ha sabido y querido, contrastar, en la medida de lo posible, cuanto queda recogido en estas páginas, dando al conjunto la enjundia que iba entendiendo requería, sin huir de lo anecdótico, que a veces le sirve como de enlace, y le da ánimo para seguir.
En su lectura es fácil deducir que lo ha llevado a letra impresa, pensando más en los jiminiegos en general, que en sí mismo, no en balde los lugares citados son enclave y entorno de la tierra chica del común.
En definitiva estamos ante unas páginas cargadas de emotividad, para mi amigo, por lo que me ha supuesto una gran satisfacción poder escribir este sencillo prólogo, con preocupado ajuste a la realidad, y de afectividad hacia el autor. // Máximo Soto Calvo