IBSN978-84-120538-1-4. Depósito Legal: 659-2019. Tamaño: 155 x 240 mm. Impresión: monocroma, con cuadernillo central en color. Páginas: 112.
Los libros tienen su propia vida, ajena a escribidores y protagonistas. Resulta curioso observar la ilación de casualidades que han puesto éste en sus manos. Ana Gaitero fue la primera persona que puso por escrito datos sobre Paco; sus artículos en Diario de León trajeron su figura a la actualidad. Ella hace llegar mis páginas a Lala Isla, con la que me encuentro en Londres y me comenta que El lobo sapiens podría ser el lugar indicado para dar vida al texto. Aquí está el resultado. Muchas gracias.
Ahora bien, todos estos renglones no tendrían formato libro si mi amigo Antón Saavedra no me hubiera animado a ello, -con su cabezonería de sindicalista peleón-, a partir de un artículo que leyó en mi blog, Cartes de Cuturrasu. Nuestra valiente editorial habitual no podía encargarse del asunto, por razones técnicas, y los primeros pasos fueron dados por mis amables amistades de la Tertulia Encuentros, con la inestimable colaboración técnica de Laura y Sheila (Paqueveas Imagen y Comunicación)
Cuando ya esto parecía un manual serio, la hija que he, en régimen de cogestión, con la paciente Lourdes, tuvo a bien restar tiempo de sus ingentes trabajos en la Universidad de Oviedo para adecentar un poco la edición. Pasado por las manos profesionales del Lobo sapiens el producto es sorprendentemente agradable.
Debo ser agradecido a todas estas personas, y a la generosidad de mi amigo Paco Robles, hijo de Martina y Germiniano, de Mansilla de las mulas, porque, recogiendo las palabras de un campesino asturiano, contadas por un diplomático vecino, “lo poco que sabemos lo hemos aprendido entre todos”; es decir, solamente en la colaboración hay progreso humano. Miguel Ángel Fernández
Los libros tienen su propia vida, ajena a escribidores y protagonistas. Resulta curioso observar la ilación de casualidades que han puesto éste en sus manos. Ana Gaitero fue la primera persona que puso por escrito datos sobre Paco; sus artículos en Diario de León trajeron su figura a la actualidad. Ella hace llegar mis páginas a Lala Isla, con la que me encuentro en Londres y me comenta que El lobo sapiens podría ser el lugar indicado para dar vida al texto. Aquí está el resultado. Muchas gracias.
Ahora bien, todos estos renglones no tendrían formato libro si mi amigo Antón Saavedra no me hubiera animado a ello, -con su cabezonería de sindicalista peleón-, a partir de un artículo que leyó en mi blog, Cartes de Cuturrasu. Nuestra valiente editorial habitual no podía encargarse del asunto, por razones técnicas, y los primeros pasos fueron dados por mis amables amistades de la Tertulia Encuentros, con la inestimable colaboración técnica de Laura y Sheila (Paqueveas Imagen y Comunicación)
Cuando ya esto parecía un manual serio, la hija que he, en régimen de cogestión, con la paciente Lourdes, tuvo a bien restar tiempo de sus ingentes trabajos en la Universidad de Oviedo para adecentar un poco la edición. Pasado por las manos profesionales del Lobo sapiens el producto es sorprendentemente agradable.
Debo ser agradecido a todas estas personas, y a la generosidad de mi amigo Paco Robles, hijo de Martina y Germiniano, de Mansilla de las mulas, porque, recogiendo las palabras de un campesino asturiano, contadas por un diplomático vecino, “lo poco que sabemos lo hemos aprendido entre todos”; es decir, solamente en la colaboración hay progreso humano. Miguel Ángel Fernández