ISBN 978-84-124546-7-3. Depósito Legal:: LE-159-2022. Tamaño: 155 x 240 mm. Impresión: monocroma. Páginas: 290.
Este es un libro misceláneo. Más en la primera parte, de temas generales, que en la segunda, dedicada a personajes. Ambas recogen una selección de artículos publicados en El Faro Astorgano.
En la tercera se reflejan los terribles días del “confinamiento”, con los españoles encerrados en sus casas, experiencia inesperada que vivimos en la primavera del 2020, mientras en los hospitales y residencias de mayores se libraba la batalla contra el Covid-19, con el desagradable atasco y saturación de los servicios médicos y funerarios. Es cuando está escrito el relato, que publicó el digital Astorga Redacción, a modo de crónica, sobre la vergonzosa batalla de algunos partidos en contra del Gobierno, con el fin de derribarle, sin importarle las circunstancias en las que los españoles morían.
En esos tiempos concluyó un proyecto singular de las artistas leonesas, literarias y plásticas, empeñadas en visibilizar a Concha Espina, la autora de La esfinge maragata, ninguneada por su condición de mujer en la primera parte del siglo pasado. Que los tiempos han cambiado tiene su testimonio en la aparición del libro Artistas leonesas al rescate de Concha Espina, publicado por Lobo Sapiens, que traerá cola. En sus inicios se sitúa el ensayo de la cuarta parte, titulado Concha Espina Rescatada.
En él se reconstruye la historia cultural de Astorga en el último siglo, desde que apareció la novela de la escritora cántabra. Con un primer dato revelador. Los muchos nombres que se evocan son todos de hombres, con la excepción de Santa Marta, patrona de la ciudad, y las conocidas como las tres mártires de Somiedo, como mujeres. Ninguna en el mundo cultural, hasta que se rompe el hechizo y aparecen numerosas protagonistas entre las pertenecientes a las últimas generaciones.
Los temas se circunscriben al ámbito astorgano, con referencia a León, del que Astorga forma parte, y al ámbito nacional, por la misma razón, desde la perspectiva y la obligada mirada local. Todo bajo el título de Escrito en Astúrica. Ese nombre que subyace y permanece y es mucho más que lo que llamamos Astorga. Max Alonso