16 años más, sólo 16. Para el año 2032 el planeta Tierra habrá cambiado hasta su característico color de canica azul en el espacio. Y no será cosa de alienígenas ni de cataclismos siderales. El desastre que se avecina está siendo anunciado en miles de noticias diarias a las que no se le conceden excesivo valor en estos audaces tiempos en lo que prima es depredar y medrar al instante. Lo que se avecina tiene unos responsables directos: los seres humanos y su ilimitado afán exterminador. ¿Es esto una novela de ficción? Lo más probable, desgraciadamente, es que no.